Noticias

Dios nace entre nosotros: ¡Feliz Navidad!

La siguiente es la homilía de nuestro párroco, pbro. Juan Francisco Pinilla, en la misa de nochebuena en la solemnidad de la Natividad del Señor

La señal de la salvación que da el ángel a los pastores es «un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

Y ¿qué tenenos que leer en aquel signo?

¿Cómo la precariedad de un recién nacido puede realizar la obra de nuestra redención?

Isaías profetizó el nacimiento de un niño como esperanza para Israel, como una luz en medio de las tinieblas, motivo de una gran alegría. La vida brota nueva.

Envuelto en pañales, a penas un vendaje, no alcanza a ser un vestidito. Lo que anuncia el sudario del sepulcro, la vida mortal.

Acostado en un pesebre. No alcanza a ser una cunita apropiada. Como signo de ser alimento. Pan de vida.

Y esta es la alegría de la Navidad. Un Dios que nace en medio de nosotros, frágil y vulnerable, que entra en nuestra mortalidad y se hace pan de vida eterna.

Acogerlo hoy es posible por el mismo camino que ha venido. Caminar en nuestra fragilidad, cuidando de no herir a los demás; asumiendo nuestra finitud con confianza en el único Infinito; y disponiéndonos al servicio de la vida y su dignidad ¡Muy Feliz Navidad!

Evangelio (Lucas  2, 1-14)

Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.

José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!

Ver todas las homilías