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El amigo que nos ama

Nuestro párroco, pbro. Juan Francisco Pinilla, nos comparte su homilía para este sexto Domingo de Pascua.

Amor y amistad comparten una misma raiz. La amistad es un don y una opción. Y es la manera en la cual el Señor ha querido relacionarse con sus discípulos. Insiste en que no quiere un trato servil, sino una relación basada en la intimidad. Jesús se relaciona con nosotros traduciendo su propia relación de amor con su Padre. Por eso su amistad es un amor que nos abre a toda la Trinidad y a los hermanos y hermanas. El fundamento de su amistad es la verdad que comunica su Padre, más aún, la verdad que es su Padre. Una verdad que es vida. Y esto lo hace compartiéndonos su Palabra.

Este hermoso evangelio nos invita a mirar nuestra comunidad y descubrir su fundamento en la amistad del Señor. Por lo tanto, mientras más lo conocemos a través de su Palabra, más enraizados estaremos en su intimidad. Mientras más permanezcamos en su amor, más profunda será nuestra comunión fraterna.

Vivir la amistad con el Señor es un don y también una responsabilidad. Y es el tesoro que la Iglesia ofrece a nuestro mundo, la verdad de Dios como Padre y la vida nueva de su Espíritu.

Evangelio (Juan 15, 9-17)

Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos:

Como el Padre me amó, también Yo los he amado a ustedes. 

Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como Yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.

Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que Yo les mando.

Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

No son ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.

Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, Él se los concederá.

Lo que Yo les mando es que se amen los unos a los otros.