El papa Francisco quiso con su nombre renovar un estilo de ser cristiano apegado al evangelio, en humildad, sencillez y fraternidad. Su magisterio nos seguirá iluminando en tantas coyunturas del presente.

Invitaba de un modo personal y directo siempre hacia lo concreto, a la responsabilidad personal.

Hasta el fin de su vida cuidó a la Iglesia de las tentaciones y los males que la acechan. Advirtió agudamente sobre la mundanidad destructiva que infiltra a la Iglesia y reinterpretó para el presente quellas antiguas concepciones gnósticas y pelagianas de la vida, que ofrecen falsas seguridades basadas en un saber sin caridad y un esfuerzo sin la gracia de Dios.

Su visita pastoral a Chile estuvo enlutada por los graves acontecimientos de abusos. Lo que, impulsó una comisión para la verdad. En Chile se fortaleció el Consejo nacional de prevención de abusos y acompañamiento de víctimas. Y cada diócesis en sus respectivas tareas evangelizadoras, cuenta hoy con protocolos para cuidado de la convivencia.

Francisco se dio a la Iglesia hasta el extremo, hasta el último suspiro. No evadió el dolor ni la ancianidad, hizo presente en su persona frágil a los que llevaba en su corazón, los marginados, los enfermos, los ancianos. Mucho queda por descubrir de este Papa querido por Dios para nuestro tiempo.

Pbro. Juan Francisco Pinilla
Párroco de la Santa Cruz – Ñuñoa