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¿De qué pan nos alimentamos?

Nuestro párroco, pbro. Juan Francisco Pinilla, nos ofrece su homilía para este Domingo, el décimo octavo del tiempo litúrgico común.

«Señor, danos siempre de este pan», es la petición del evangelio, después de una serie de preguntas en torno a Jesús y sus obras. Finalmente, el Señor se revela como pan de vida eterna.

El pan, hoy, sin gluten o de masa madre, como sea, es el simbolo del sustento humano. Chile es el segundo consumidor mundial. Y este humilde pero esencial alimento sirve al Señor, para representarlo a Él.

El sentido del pan es alimentar. En una palabra, significa vida.

Pero hay pan y panes, como hay vida y vidas. Luego, surge la pregunta: ¿De qué nos estamos alimentando a diario?

De alguna manera, somos lo que comemos. Es cuestión de vernos para saber de qué nos alimentamos. Pero no solo percibimos la apariencia física, sino la presencia espiritual ¿De qué se está alimentando nuestro país? ¿cuál es el pan que merece todos nuestros esfuerzos? ¿un pan de vida eterna o un pan que perece?

Trabajar por el pan que perdura para la vida eterna es la consigna, el pan de la paz, del perdón, de la comprensión… Y esto, ¿cómo se hace? Acogiendo el pan de vida eterna que es el Hijo de Dios. Es la obra para realizar: creer que en Jesús está la vida plena, que Él es la vida eterna.

Evangelio (Juan 6, 24-35)

Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban en el lugar donde el Señor había multiplicado los panes, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: Maestro, ¿cuándo llegaste?

Jesús les respondió:

Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello.

Ellos le preguntaron: ¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?

Jesús les respondió: La obra de Dios es que ustedes crean en Aquél que Él ha enviado.

Y volvieron a preguntarle: ¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura:

«Les dio de comer el pan bajado del cielo”.

Jesús respondió:

Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo.

Ellos le dijeron: Señor, danos siempre de ese pan. Jesús les respondió:

Yo soy el pan de Vida.

El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.

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