La primera comunidad cristiana era reconocida por su caridad: se juntaban a orar juntos, a recordar las enseñanzas de Jesús y a compartir el pan. El libro de los Hechos de los Apóstoles señala que se preocupaban especialmente de atender a los grupos familiares con mayor necesidad, especialmente a las viudas y las personas enfermas. Desde esa espiritualidad evangélica, los católicos somos co-responsables de que nuestra comunidad parroquial sea sostenible. 

¿Cómo puedes aportar? De muchas maneras.

La principal es inscribiendo en la parroquia tu aporte del 1% de tus ingresos familiares, que es deber de todo católico. Acércate a la Secretaría Parroquial o a la Administración para completar tu mandato (más abajo hay un botón donde puedes descargar el mandato) y así se descuente automáticamente de tu cuenta bancaria o tarjeta de crédito, o voluntarios recaudadores irán mensualmente a tu hogar a recolectar tu aporte.

También puedes hacer una transferencia bancaria:

Además, tu aporte en la colecta de las eucaristías de sábado y Domingo nos ayuda a los costos cotidianos de mantención, limpieza, gastos básicos, para que tu vivencia de fe tenga un lugar confortable, limpio, iluminado.