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Su realeza es misericordia

Nuestro párroco, Pbro. Juan Francisco Pinilla, nos comparte su homilía para la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

El Señor que vendrá por segunda vez,  se deja encontrar hoy en nuestro tiempo. Todas las preguntas del evangelio apuntan a un cuándo.

Nuestro tiempo es el espacio de la respuesta, de actuar, de servir. Sin embargo, hay como una venda que impide ver lo concreto que es la presencia del Señor. De hecho, los justos no lo sabían. Los condenados de la parábola podrían alegar diciendo: «Bueno, si lo hubiéramos sabido hubiéramos socorrido al Señor». Esa ceguera solo la cura el amor y la compasión por el que sufre.

Y nosotros qué diríamos…

Por eso este evangelio de la fiesta de Cristo Rey es una ayuda memoria: nos recuerda que el Señor reina en los pobres y sufrientes. Su realeza sobre el universo es su misericordia. Pidamos un corazón compasivo para vibrar con Él, y experimentar que reina en nosotros y por medio de nosotros en este mundo sediento de compasión.

Evangelio (Mateo 25, 31-46)

Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver.

Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?

Y el Rey les responderá: Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

Luego dirá a los de su izquierda: Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron.

Éstos, a su vez, le preguntarán: Señor, ¿cuando te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?

Y Él les responderá: Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo.

Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.

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