Este Domingo 2 de noviembre, la Iglesia celebra la Conmemoración de todos los fieles difuntos.
La fe cristiana enseña que la muerte corporal será vencida cuando el Señor, en su infinita misericordia, restituya al ser humano en la salvación, es decir, en la plenitud de la felicidad. Cristo resucitado ha ganado esta victoria para la humanidad, liberándonos de la muerte con su propia muerte.
Por esto, recordar a nuestros familiares y amigos que han fallecido es un hermoso gesto de fe y amor. Damos gracias a Dios por lo que recibimos de ellos y, al mismo tiempo, nos reconocemos como peregrinos en la vida que tiene un mismo origen y sentido: el inconmensurable amor de Dios.
Muchas personas visitan las sepulturas de sus difuntos, otros les recuerdan en la oración familiar. En nuestra comunidad parroquial La Santa Cruz de Ñuñoa ofreceremos por todos nuestros difuntos el mayor de los tesoros de la vida espiritual: la eucaristía, centro y culmen de nuestra fe. Tendremos eucaristías, como todos los Domingo, a las 10 y 11 horas.

