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18 de agosto: Alberto Hurtado, mucho más que un santo, un día o un mes

Hoy es Domingo 18 de agosto, y en Chile esta fecha no es casual. Un 18 de agosto, del año 1952, murió de cáncer el sacerdote jesuita chileno Alberto Hurtado (1901-1952), cuya espiritualidad y en particular sus obras de apostolado social han sido reconocidas a nivel nacional, latinoamericano y universal.

El 16 de octubre de 1994 la Iglesia universal declaró beato a Alberto Hurtado, en una misa que presidió el papa Juan Pablo II en el Vaticano; y ese mismo año el Estado de Chile, durante el gobierno del Presidente Patricio Aylwin, declaró que este día, 18 de agosto, se celebraría oficialmente en Chile como día nacional de la Solidaridad. 11 años después, el 23 de octubre de 2005, el padre Alberto Hurtado fue reconocido entre los santos y santas de la Iglesia en una eucaristía de canonización que presidió el papa Benedicto XVI en el Vaticano, con una amplia presencia chilena encabezada por el entonces Presidente Ricardo Lagos.

Alberto Hurtado es mucho más que la imagen en blanco y negro de un cura con sotana, o de una camioneta Ford verde o de unos albergues para la infancia vulnerable. Alberto tuvo la humildad de descubrir que no tenía que inventar la pólvora para que Chile fuera un país más justo: él no buscaba ser el líder fundacional ni un vendedor de pomadas: le bastó mostrar a Cristo y el camino del Evangelio, ese era su Norte, para ayudar a que la sociedad tomara un poco de conciencia de las profundas desigualdades e injusticias que en sus décadas arruinaban los pueblos de América Latiana, y de las cuales lamentablemente muchas se mantienen y enquistan.

¿Qué aprender de san Alberto Hurtado? Su humildad para no creernos la única solución de problemas, sus ganas de trabajar con otros, su cariño íntimo con Jesús en la oración y la eucaristía, su pasión por el ser humano, por su respeto y su dignidad, su lucha por los derechos de las personas, especialmente de los más pequeños, de los grupos sociales, trabajadores. Y como buen abogado, su lucha por la justicia, esa que no puede evadirse si queremos la paz.

RELIQUIA DE SAN ALBERTO HURTADO EN NUESTRO SANTUARIO:
El altar de nuestra comunidad parroquial de la Santa Cruz Ñuñoa, santuario de San Expedito, fue bendecido sobre una reliquia de san Alberto Hurtado que está a sus pies y a la que se puede contemplar con mucho respeto inclinándose hacia el suelo.

Oremos juntos

PADRE ALBERTO HURTADO
Apóstol de Jesucristo,
servidor de los pobres,
amigo de los niños
y maestro de juventudes,
bendecimos a nuestro Dios
por tu paso entre nosotros.

Tú supiste amar y servir.
Tú fuiste profeta de la justicia
y refugio de los más desamparados.
Tú construiste con amor
un hogar para acoger a Cristo.

Como un verdadero padre,
tú nos llamas a vivir la fe
comprometida, consecuente y solidaria.

Tú nos guías con entusiasmo
en el seguimiento del Maestro.
Tú nos conduces al Salvador
que nuestro mundo necesita.

Haznos vivir siempre contentos
aun en medio de las dificultades.
Haz que sepamos vencer el egoísmo
y entregar nuestra vida a los hermanos.

PADRE HURTADO,
HIJO DE MARÍA Y DE LA IGLESIA,
AMIGO DE DIOS Y DE LAS PERSONAS,
RUEGA POR TODOS NOSOTROS.

Amén.

Fuentes: Parroquia de la Santa Cruz Ñuñoa – Fundación Padre Hurtado – Memoria Chilena